La vida es una lenteja

Un intento de plasmar la vida en un blog

Islotes

08 febrero, 2021

Antes de la pandemia los meses tenían más significado.

Siempre he relacionado a estos dueños de los días como un conjunto de vivencias, cada uno tenía su personalidad y se diferenciaba del resto. Ahora esa diferenciación empieza a desaparecer, están sumidos en una rutina cada vez mas fría.

En cierto modo lo que les pasaba a los meses nos pasaba un poco a las personas que los consumimos. Nuestro estado anímico dependía del consumo de actividades sociales, vivencias o placeres. Las personas no tenían tiempo para pensar, tenían tantas cosas que hacer que no se preocupaban de sus sentimientos e inquietudes.

Si algo saco en claro de esta situación en la que estamos sumidos, es que las personas han ido destapando su verdadero ser. Los miedos, preocupaciones e inseguridades que antes se mantenían ocultas tras la capa de la normalidad han salido a flote. También he notado un aumento del egoísmo e individualismo, nada como una situación de crisis para destapar lo peor de alguien, pero también ha surgido la empatía y comprensión.

Todo este cumulo de sensaciones puede que a alguno le haya venido grande. Quizás esté aterrorizado de sí mismo, nada da más miedo que tu propia mente descontrolada.

En el fondo es normal, en este mundo nadie está preparado para tener la mente desocupada…

No todo es de color negro, la verdad es que veo una parte muy positiva en esto.

Podríamos decir que la pandemia nos ha ayudado a poder entender qué nos hace falta, qué tememos y cómo somos. Esos pequeños islotes que han ido surgiendo son un fiel reflejo de lo que somos. Lo importante es saber identificarlos y saber si queremos hundirlos o mantenerlos en nuestro archipiélago moral.


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