La vida es una lenteja

Un intento de plasmar la vida en un blog

Caminantes

06 diciembre, 2020

Hoy he dado un paseo por la ciudad con un amigo. Gorro, guantes y bufanda, hay que ir bien abrigado, la situación hace que el clima sea más frío de lo normal.

Tras un saludo de codo hemos empezado a caminar, nos íbamos poniendo un poco al día.

Con el ocio cerrado el paseo se ha convertido en la nueva manera de socializar.

Mientras caminábamos más personas se cruzaban con nosotros y tenía la sensación de que fuéramos entes sin un destino fijo, que ansían que la “nueva normalidad” llegue de una vez por todas.

Ha sonado un poco trágico y melancólico ¿Verdad?

Lo sé, siempre me ha gustado dar tintes dramáticos a lo cotidiano, no hay más que ver mi último post…

En plena cuarentena tenía una sensación similar a la felicidad. Me alegraba el hecho de estar en casa, pausar un poco el ocio, el hecho de ir a la oficina, el transporte público etc. Lo cotidiano se detenía. Era como estar en una clínica de desintoxicación social. Además me gustaba dejar al planeta que respirase un poco, tanto humano en movimiento lo estaba machacando.

Pero con el paso del tiempo la situación ha empezado a ponerse un poco cuesta arriba y por desgracia aquí en Burgos el bicho está a gusto y se resigna a irse.

No sé cuando acabará esta pandemia o cuando llegaremos a hacer vida normal, lo que si sé es que nos está haciendo bastante pupa. Aparte de las muertes, que son muchas y espero que pronto deje de haber, hay un daño psicológico detrás. Ahora mismo si tienes un problema o te sientes mal viene el COVID y lo multiplica por dos.

Incluso puedes no tener ningún problema, estar bien e intentar almoldarte a la nueva situación de la mejor forma, pero el no poder relacionarte al igual que lo hacías antes va pasando factura.

Ver a tu familia, ir al cine, una parrillada, una buena pinta en un bar, un abrazo a tu abuela. Son cosas que se echan de menos. Hábitos sociales que marcan nuestra vida.

Algún día esto volverá ser como antes o eso creo, no lo sé… lo que estoy seguro es que el ser humano no sabe y no debe estar solo, por muy empeñados que algunos estemos en hacer lo contrario.


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